Primeras instrucciones

“Lo primero es acostumbrar la mente a la oración, reunirla en torno a un centro estable y permanente, al abrigo de la divagación suscitada por la variedad de estímulos.

Por eso, disminuir las actividades en el mundo es de ayuda al ser menor el bombardeo sensorial. Sin embargo, aún en el medio del mundo, puede construirse un ámbito interior de adoración perpetua.”

Extraído de «Entrenamiento espiritual» 1° parte

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