A medida que repitas el Santo Nombre, reúne alrededor de él tus pensamientos, tus emociones y tu voluntad, serenamente, poco a poco.
Centra en él todo tu ser.
Deja que el nombre penetre tu alma como una gota de aceite se esparce sobre un pedazo de tela y lo impregna.
Que nada de ti escape. Entrega todo tu ser y enciérralo en el Nombre.
de «La invocación del nombre de Jesús»
Pag. 17 – Ed. Claretiana – 2009
Pingback: Centrarse en el Nombre « El Santo Nombre